Queridos y recordados amigos:
Hoy sólo quiero decirles que estamos aquí, gracias a Dios bien.
No les hablaré de la muerte de la madre de Mirta, ni le hablaré del terremoto del 27 de febrero que hizo aflorar tantas cosas nuestras: buenas, bonitas, desagradables y feas.
Sólo quiero decirles nos acordamos de ustedes, que a pesar de la distancia siguen cerca: muy cerca, al lado del corazón nuestro.
Para todos, un gran abrazo.